viernes, noviembre 23, 2007
El Evangelio del Día: Los vendedores del Templo
viernes 23 Noviembre 2007
San Clemente I, San Columbano
Leer el comentario del Evangelio por
Maestro Eckhart : Los vendedores del Templo
Lecturas
1 Macabeos 4,36-37.52-59.
Judas y sus hermanos dijeron: "Nuestros enemigos han sido aplastados; subamos a purificar el Santuario y a celebrar su dedicación". Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión. El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al despuntar el alba
y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido.
Este fue dedicado con cantos, cítaras, arpas y címbalos, justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado.
Todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y adoraron y bendijeron al Cielo que les había dado la victoria.
Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias.
Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas.
En todo el pueblo reinó una inmensa alegría, y así quedó borrado el ultraje infligido por los paganos.
Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
1 Crónicas 29,10.11.11-12.12.
Después David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo: "¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la
majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo.
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la
majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo.
De ti proceden la riqueza y la gloria; tú lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
De ti proceden la riqueza y la gloria; tú lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
Lucas 19,45-48.
Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.
Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Maestro Eckhart (hacia 1260-1327, teólogo dominico Sermón sobre Mt 21,12 .Los vendedores del Templo
"¡Quitad esto de aquí!" dice Jesús a los vendedores (Jn 2, 16). Son "vendedores del Templo" los que, aún guardándose de cometer pecados más groseros, les gustaría ser gente de bien, hacen buenas obras, pero todo para que Nuestro Señor les dé, a cambio, otra cosa. Quieren que Dios les dé a cambio lo que les gusta; quieren traficar con Nuestro Señor. Pero es un error buscar hacer un comercio semejante. Porque, aunque dieran todo lo que
hacen y todo lo que tienen, aunque lo sacrificaran todo por Dios, el Señor no estaría obligado a darles o a hacer lo que fuere, a menos que él lo quisiera gratuitamente, totalmente a su placer. Lo que son, lo son por Dios; lo que tienen, les viene dado por Dios y no de sí mismos… Por otra parte, ¿cómo reaccionarían ellos, por iniciativa propia cuando Cristo dice: "Sin mí nada podéis hacer?" (Jn 15,5); Es ser completamente insensato querer comerciar así con Jesús, es no saber nada de la verdad. Por eso
nuestro Señor echa fuera a los vendedores del Templo. La luz y las tinieblas no pueden habitar juntas en el mismo lugar; pues Dios es luz, es verdad y luz en sí mismo. Cuando entra, pues, en el templo echa fuera de él a la ignorancia; la Verdad no soporta cualquier espíritu mercantil.
Porque Dios no busca su propio bien; en todo es desprendido y libre, todo lo hace por verdadero amor. Es así como actúa el hombre que está unido a Dios; también él es, por gracia de Dios, desprendido y libre en todos sus actos; no los hace más que para honrar a Dios y no buscando su propio bien – o más bien los lleva a cabo en él. Si quieres, pues, ser totalmente desprendido de mercantilismo espiritual, hazlo todo para gloria y alabanza
de Dios, sin pedir nada a cambio. Es entonces que tus obras serán espirituales, divinas; Dios está en ellas solo, solo a su vista.
San Clemente I, San Columbano
Leer el comentario del Evangelio por
Maestro Eckhart : Los vendedores del Templo
Lecturas
1 Macabeos 4,36-37.52-59.
Judas y sus hermanos dijeron: "Nuestros enemigos han sido aplastados; subamos a purificar el Santuario y a celebrar su dedicación". Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión. El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al despuntar el alba
y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido.
Este fue dedicado con cantos, cítaras, arpas y címbalos, justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado.
Todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y adoraron y bendijeron al Cielo que les había dado la victoria.
Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias.
Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas.
En todo el pueblo reinó una inmensa alegría, y así quedó borrado el ultraje infligido por los paganos.
Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
1 Crónicas 29,10.11.11-12.12.
Después David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo: "¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la
majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo.
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la
majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo.
De ti proceden la riqueza y la gloria; tú lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
De ti proceden la riqueza y la gloria; tú lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
Lucas 19,45-48.
Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.
Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Maestro Eckhart (hacia 1260-1327, teólogo dominico Sermón sobre Mt 21,12 .Los vendedores del Templo
"¡Quitad esto de aquí!" dice Jesús a los vendedores (Jn 2, 16). Son "vendedores del Templo" los que, aún guardándose de cometer pecados más groseros, les gustaría ser gente de bien, hacen buenas obras, pero todo para que Nuestro Señor les dé, a cambio, otra cosa. Quieren que Dios les dé a cambio lo que les gusta; quieren traficar con Nuestro Señor. Pero es un error buscar hacer un comercio semejante. Porque, aunque dieran todo lo que
hacen y todo lo que tienen, aunque lo sacrificaran todo por Dios, el Señor no estaría obligado a darles o a hacer lo que fuere, a menos que él lo quisiera gratuitamente, totalmente a su placer. Lo que son, lo son por Dios; lo que tienen, les viene dado por Dios y no de sí mismos… Por otra parte, ¿cómo reaccionarían ellos, por iniciativa propia cuando Cristo dice: "Sin mí nada podéis hacer?" (Jn 15,5); Es ser completamente insensato querer comerciar así con Jesús, es no saber nada de la verdad. Por eso
nuestro Señor echa fuera a los vendedores del Templo. La luz y las tinieblas no pueden habitar juntas en el mismo lugar; pues Dios es luz, es verdad y luz en sí mismo. Cuando entra, pues, en el templo echa fuera de él a la ignorancia; la Verdad no soporta cualquier espíritu mercantil.
Porque Dios no busca su propio bien; en todo es desprendido y libre, todo lo hace por verdadero amor. Es así como actúa el hombre que está unido a Dios; también él es, por gracia de Dios, desprendido y libre en todos sus actos; no los hace más que para honrar a Dios y no buscando su propio bien – o más bien los lleva a cabo en él. Si quieres, pues, ser totalmente desprendido de mercantilismo espiritual, hazlo todo para gloria y alabanza
de Dios, sin pedir nada a cambio. Es entonces que tus obras serán espirituales, divinas; Dios está en ellas solo, solo a su vista.
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