martes, diciembre 18, 2007
El Evangelio del Día: Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado”
martes 18 Diciembre 2007
Santos Rufo y Zósimo, La Expectación del Parto, San Judas Macabeo, San Modesto
Leer el comentario del Evangelio por
Juan Pablo II : "Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado"
Lecturas
Jeremías 23,5-8.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país.
En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia".
Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: "Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto", sino más bien: "por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo".
Salmo 72,1.12-13.18-19.
De Salomón. Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al
descendiente de reyes,
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los
indigentes.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas.
Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. ¡Amén! ¡Amén!
Mateo 1,18-24.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla
públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Juan Pablo II
Redemptoris custos, §4
"Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado"
Al comienzo de su peregrinación en fe, la fe de María se encuentra con la fe de José. Si Isabel había dicho de la Madre del Redentor: "Dichosa tú que has creído" (Lc 1,45), en un cierto sentido se puede también atribuir esta bienaventuranza a José, porque él respondió afirmativamente a la Palabra del Señor cuando le fue anunciada en este momento decisivo. José, es cierto, no respondió al anuncio del ángel como María, pero él "hizo lo que el ángel le había dicho: llevársela como esposa". Lo cual es pura "obediencia a la fe" (Rm 1,5). Se puede decir que lo que hizo José le unió, de manera muy especial, a la fe de María; aceptó como una verdad
venida de Dios lo que ella había aceptado ya en el momento de la
Anunciación. El concilio Vaticano II dice: "Cuando Dios se revela el hombre tiene que someterse con la fe. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela (Dei Verbum, 5). Esta frase, que toca a la esencia misma de la fe, se aplica perfectamente a José de Nazaret. Así él llega a ser, de manera singular, el depositario del misterio "escondido desde los siglos en Dios" (Ef 3,9), de la misma manera que María lo es en este momento decisivo llamado por el apóstol Pablo "la plenitud de los tiempos", cuando "Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer… para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
el ser hijos por adopción." (Gal 4,4-5)… José es, con María, el primer depositario de este misterio divino… Teniendo ante los ojos el texto de los dos evangelistas Mateo y Lucas, se puede igualmente decir que José es el primero en participar de la fe de la Madre de Dios y que así sostiene a su esposa en la fe de la Anunciación divina; Dios lo puso el primero en el camino de la peregrinación en la fe de María… El camino personal de José,
su peregrinación en la fe, se concluirá primero…; pero, el camino de la fe de José sigue la misma dirección.
Santos Rufo y Zósimo, La Expectación del Parto, San Judas Macabeo, San Modesto
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Juan Pablo II : "Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado"
Lecturas
Jeremías 23,5-8.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país.
En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia".
Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: "Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto", sino más bien: "por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo".
Salmo 72,1.12-13.18-19.
De Salomón. Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al
descendiente de reyes,
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los
indigentes.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas.
Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. ¡Amén! ¡Amén!
Mateo 1,18-24.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla
públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Juan Pablo II
Redemptoris custos, §4
"Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado"
Al comienzo de su peregrinación en fe, la fe de María se encuentra con la fe de José. Si Isabel había dicho de la Madre del Redentor: "Dichosa tú que has creído" (Lc 1,45), en un cierto sentido se puede también atribuir esta bienaventuranza a José, porque él respondió afirmativamente a la Palabra del Señor cuando le fue anunciada en este momento decisivo. José, es cierto, no respondió al anuncio del ángel como María, pero él "hizo lo que el ángel le había dicho: llevársela como esposa". Lo cual es pura "obediencia a la fe" (Rm 1,5). Se puede decir que lo que hizo José le unió, de manera muy especial, a la fe de María; aceptó como una verdad
venida de Dios lo que ella había aceptado ya en el momento de la
Anunciación. El concilio Vaticano II dice: "Cuando Dios se revela el hombre tiene que someterse con la fe. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela (Dei Verbum, 5). Esta frase, que toca a la esencia misma de la fe, se aplica perfectamente a José de Nazaret. Así él llega a ser, de manera singular, el depositario del misterio "escondido desde los siglos en Dios" (Ef 3,9), de la misma manera que María lo es en este momento decisivo llamado por el apóstol Pablo "la plenitud de los tiempos", cuando "Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer… para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
el ser hijos por adopción." (Gal 4,4-5)… José es, con María, el primer depositario de este misterio divino… Teniendo ante los ojos el texto de los dos evangelistas Mateo y Lucas, se puede igualmente decir que José es el primero en participar de la fe de la Madre de Dios y que así sostiene a su esposa en la fe de la Anunciación divina; Dios lo puso el primero en el camino de la peregrinación en la fe de María… El camino personal de José,
su peregrinación en la fe, se concluirá primero…; pero, el camino de la fe de José sigue la misma dirección.
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