martes, junio 17, 2008

 

La Eucaristía, Nueva Alianza


La Eucaristía, Nueva Alianza

Fuente: Estatuto del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales
Autor: S.E. Mons. Pierre-André Fournier




La Eucaristía, Presencia y Don de Cristo al mundo, estará en el centro de la gran asamblea de cristianos venidos de todos los continentes a la ciudad de Québec, para el 49° Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará del 15 al 22 de junio de 2008.

Este tema se encuentra desarrollado en un Documento teológico de base, aprobado por el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales.

Durante el Congreso, meditaremos cada una de las homilías y las catequesis inspiradas de este texto, que nos ayudarán en la preparación espiritual y animarán a la oración para que podamos unirnos espiritualmente a la celebración del Congreso.




SEGUNDA PARTE La Eucaristía, Nueva Alianza

III- La Eucaristía construye la Iglesia, sacramento de salvación


El don por excelencia de la Eucaristía es un misterio de alianza, un misterio nupcial entre Dios y la humanidad. En ella, el Dios vivo hace renacer sin cesar a su Iglesia como pueblo reunido, como Cuerpo y Esposa de Cristo, como comunidad viviente que es, al mismo tiempo, una sola Persona mística con Él. «Alegrémonos y demos gracias a Dios, por lo que hemos llegado a ser, no solamente cristianos sino el propio Cristo».13

La Iglesia es, en efecto, el pueblo de la nueva alianza, inseparable de la Eucaristía, como el cuerpo es inseparable de la cabeza, como la esposa vive del don de su esposo. En cuanto heredera y asociada del misterio eucarístico, la Iglesia, animada por el Espíritu y siguiendo el modelo de la fe de María, participa al don Dios al mundo. La Iglesia es ella misma como un sacramento, es decir «es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano».14 De hecho, la Iglesia es el sacramento universal de la comunión trinitaria ofrecida al mundo.


A. El don de la Iglesia-comunión

1) María, primera Iglesia y mujer eucarística


El don de Dios al mundo se realizó gracias a una mujer, bendita entre todas las mujeres, quien creyó y se entrego sin condiciones a la Palabra misteriosa de su Señor. María de Nazareth es la mujer por excelencia que ha respondido «sí» al Dios de la Alianza, transformándose así, en la Anunciación, en el cumplimiento de la Hija de Sión, la Iglesia naciente. Su «sí» ha acompañado la encarnación del Verbo de Dios desde el primer momento de su concepción hasta su muerte y resurrección. Ninguna otra criatura posee una memoria tan concreta del Verbo que se hizo carne hasta su carne eucarística. Ningún otro ser humano sabe con tanta perfección lo que significa la misericordia, el perdón, la compasión y el sufrimiento del Amor redentor.

No tenemos ninguna información de que María haya estado presente en la Última Cena, cuando se instituyo el rito de la nueva alianza, pero ella estaba de pié, junta a la cruz, cuando fue consumado el sacrificio del Cordero que quita el pecado del mundo.

María es la mujer eucarística por excelencia 15,la nueva Eva totalmente disponible para dejar abierta la fecundidad del nuevo Adán. Mater Dei et Mater Ecclesiae. En ella y por ella, la Iglesia comulga, ya de forma perfecta en la cruz, con la ofrenda sacrificial del Hijo de Dios. Destinada como ella a la gloria de ser la esposa del Cordero, la Iglesia contempla a María al pié de la cruz como el icono doloroso y glorioso de su propio misterio de comunión. Junto con la Virgen inmaculada, que se transforma entonces en la madre de toda la humanidad reconciliada, la Iglesia aprende, por pura gracia del Dios-amor, a comulgar con el amor redentor y nupcial del Cordero inmolado.


2) Pueblo de Dios y sacramento de salvación

La Iglesia acoge y realiza su profundo misterio de comunión, de forma privilegiada, en el marco de la cena eucarística. La conmemoración que ella hace del don de Jesús, por fidelidad a su palabra, funda y nutre la relación de alianza que existe entre Jesús y ella, en nombre de toda la humanidad. El banquete pascual de Jesús la introduce en Su amor trinitario, amor que remite a la primera fuente que es el Padre, y al don final, que es el Espíritu Santo.

En efecto, es el Padre quien convoca a toda la humanidad al banquete de bodas de su Hijo (Mt 22, 1-13), banquete pascual en el cual el Padre mismo sirve como alimento el Cordero inmolado desde la fundación del mundo y la copa del Reino que embriaga del Espíritu, según lo que dice Pedro el día de Pentecostés. Al dar de esta forma a su Hijo y a su Espíritu a la Iglesia, el Padre la asocia a su misterio de amor y fecundidad. La exalta y la ennoblece al acogerla en su propia mesa celeste en donde el Amor es el alimento exclusivo y la fuente eterna de la Vida.

La Iglesia, misterio de comunión trinitaria destinada a todos los hombres, es sacramento de salvación en cuanto pueblo de Dios, reunido en la unidad. Este pueblo es convocado por Dios y organizado por su Espíritu, según diferentes funciones jerárquicas y según una multiplicidad de ministerios carismáticos al servicio de la Nueva Alianza. Expresa su plena vitalidad eclesial y asegura su unidad en virtud de la comunión sacramental de sus miembros con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. «Para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.» 16

En cada misa, lo oración de la epíclesis repite las palabras del mismo Jesús, orando por la unidad de sus discípulos: «Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno» (Jn 17,22). El Espíritu Santo que desciende sobre las ofrendas y sobre la asamblea es la gloria de la comunión trinitaria operante en cada Eucaristía.

Por eso la Iglesia, pueblo de Dios y sacramento de salvación, debe ser convocada y reunida, debe abrirse a la inteligencia de las Escrituras y ha de dejarse reconciliar sin cesar y comulgar con la vida eterna ya desde ahora, aquí en la tierra, en virtud del sacramento de la Pascua.


3) Esposa del Cordero y Cuerpo de Cristo

Para entregarse al mundo en este misterio de alianza, Dios cuenta con la Iglesia, su humilde asociada. Pobre y frágil, a causa del pecado de sus hijos, la Iglesia se compromete inmergiéndose sin cesar, por la penitencia y la Sagrada Eucaristía, en la gracia del bautismo. La Iglesia debe esforzarse mucho más en su purificación y reforma, ya que es consciente de acoger el misterio de comunión de un Dios tres veces
santo y de estar llamada a responderle de una manera no sólo ejemplar sino incluso nupcial. De hecho, «Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. El mismo Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por así decirlo, como el baño de bodas (cf. Ef 5,26-27) que precede al banquete de bodas, la Eucaristía».17

En el momento culminante de la anáfora, la Iglesia hace exclamar a su ministro: «Este es el sacramento de nuestra fe». Este grito de júbilo reconoce el acontecimiento que se está realizando: la conversión del pan y vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo por el poder del Espíritu Santo. Es también un reconocimiento del misterio de la Nueva Alianza, el encuentro nupcial entre Cristo-Esposo que se entrega y la Iglesia-Esposa que lo acoge y se une en su ofrenda. Por el poder de su Palabra y de la epíclesis sobre las especies eucarísticas, Jesucristo vivo, cuya muerte y resurrección anunciamos hasta su venida, se une a la comunidad eclesial como a su cuerpo y a su esposa. Él transforma en su propio Cuerpo la ofrenda de la comunidad reunida y le entrega en comunión, como regalo nupcial, su Cuerpo eucarístico.

«Es un gran misterio» dice el apóstol Pablo pensando en la unión de Cristo y de la Iglesia como el modelo y el misterio del matrimonio sacramental (Ef 5,32). San Ambrosio considera la Eucaristía como el «regalo nupcial» de Cristo a su Esposa y la comunión como un beso de Amor. Por eso justamente Cabasilas comenta: «"Es un gran misterio" dice el bienaventurado Pablo exaltando esta unión. Porque es allí donde se da el matrimonio tan celebrado en que el Esposo purísimo asume como esposa a la Iglesia como a una virgen. Es aquí en donde Cristo 'alimenta' el coro de quienes le rodean, y es solamente por este sacramento como "somos 'carne de su carne y hueso de sus huesos' "»18

«La Eucaristía nos adentra en el acto oblativo de Jesús. No recibimos solamente de modo pasivo el Logos encarnado, sino que nos implicamos en la dinámica de su entrega. La imagen de las nupcias entre Dios e Israel se hace realidad de un modo antes inconcebible: lo que antes era estar frente a Dios, se transforma ahora en unión por la participación en la entrega de Jesús, en su Cuerpo y su Sangre. La "mística" del Sacramento, que se basa en el abajamiento de Dios hacia nosotros, tiene otra dimensión de gran alcance y que lleva mucho más alto de lo que cualquier elevación mística del hombre podría alcanzar».19


____________________________________



  1. Catecismo de la Iglesia Católica n. 795, San Agustín, Tractatus in Johannis 21,8. ) regresar

  1. Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium,n.1. regresar

  1. Cf. Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, nn. 53-58.regresar

  1. Plegaria Eucarística II. regresar

  1. Catecismo de la Iglesia Católica,n. 1617.regresar

  1. Cabasilas, La vie en Christ, IV, 30, S.C. n. 355, Paris 1989, p. 291.regresar

  1. Benedicto XVI, Encíclica Deus Caritas est, n. 13. regresar



Si quieres leer el documento completo puedes consultarlo aquí





Catholic.net busca unir los esfuerzos de todos los católicos en la red, con el fin de dar una mayor visibilidad y promoción al trabajo evangelizador que realizan las diversas instituciones y realidades eclesiales en Internet, brindando además, servicios de alta calidad y contenidos fieles al Magisterio de la Iglesia.

Si recibió este mensaje por error o desea cancelar su suscripción a este servicio, simplemente haga click aquí o envíe un mensaje en blanco a meditacion-request@lists.catholic.net con asunto: unsubscribe y será automáticamente removido

Otros servicios por email | Condiciones de uso | Publicidad en listas de correo | Contacto



Blog your life in 3D with Windows Live Writer. Get Windows Live—Free

Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?