lunes, junio 23, 2008
Tanto amo Dios al mundo
Tanto amo Dios al mundo
Fuente: Estatuto del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales
Autor: S.E. Mons. Pierre-André Fournier
La Eucaristía, Presencia y Don de Cristo al mundo, estará en el centro de la gran asamblea de cristianos venidos de todos los continentes a la ciudad de Québec, para el 49° Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará del 15 al 22 de junio de 2008.
Este tema se encuentra desarrollado en un Documento teológico de base, aprobado por el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales.
Durante el Congreso, meditaremos cada una de las homilías y las catequesis inspiradas de este texto, que nos ayudarán en la preparación espiritual y animarán a la oración para que podamos unirnos espiritualmente a la celebración del Congreso.
CONCLUSIÓN
Como conclusión hemos seleccionado algunos textos del concilio Vaticano II que nos ofrecen, de forma sintética, la perspectiva trinitaria, nupcial y misionera que hemos querido dar al tema de este Congreso Wucarístico Internacional de 2008. Tanto amó Dios al mundo que le dio su único Hijo para que por Él, con Él y en Él, el mundo viva de la vida trinitaria. La Sagrada Eucaristía es el Don por excelencia de Dios, un regalo nupcial, acogido y celebrado por la Iglesia y que hace de ella el sacramento universal de salvación de la Nueva Alianza. Este Don de amor compromete esencialmente a la Iglesia en la misión del Espíritu Santo, al encuentro de la aspiración universal de la humanidad a la libertad y al amor.
«El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho Él mismo carne y habitando en la tierra (cf. Jn ,3.14),entró como hombre perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y recapitulándola en sí mismo (Ef 1,10). Él es quien nos revela que Dios es amor (1 Jn 4,8),a la vez que nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana, es el mandamiento nuevo del amor».44
«Consumada, pues, la obra, que el Padre confió al Hijo en la tierra (cf. Jn 17,4), fue enviado el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, para que santificara a la Iglesia, y de esta forma los que creen en Cristo pudieran acercarse al Padre en un mismo Espíritu (cf. Ef 2,18). Él es el Espíritu de la vida, o la fuente del agua que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4,14; 7,38-39), por quien vivifica el Padre a todos los hombres muertos por el pecado, hasta que resucite en Cristo sus cuerpos mortales (cf. Rom 8,10-11). El Espíritu habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo (cf. 1 Cor 3,16; 6,19),y en ellos ora y da testimonio de la adopción de hijos (cf. Gal 4,6; Rom 8,1516.26).Con diversos dones jerárquicos y carismáticos dirige y enriquece con todos sus frutos a la Iglesia (cf. Ef 4, 11-12; 1 Cor 12-4; Gal 5,22),a la que guía hacia toda verdad (cf. Jn 16,13) y unifica en comunión y ministerio. Hace rejuvenecer a la Iglesia por la virtud del Evangelio, la renueva constantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo. Pues el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: «¡Ven!» (cf. Ap 22,17). Así se manifiesta toda la Iglesia como «una muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».45
«La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad. Todo el bien que el Pueblo de Dios puede dar a la familia humana al tiempo de su peregrinación en la tierra, deriva del hecho de que la Iglesia es «sacramento universal de salvación», que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre».46 «El Señor dejó a los suyos prenda de tal esperanza y alimento para el camino en aquel sacramento de la fe en el que los elementos de la naturaleza, cultivados por el hombre, se convierten en el Cuerpo y Sangre gloriosos con la cena de la comunión fraterna y la degustación del banquete celestial».47 «Pues en la Sagrada Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua y Pan vivo que, con su Carne, por el Espíritu Santo vivificada y vivificante, da vida a los hombres que, de esta forma, son invitados y estimulados a ofrecerse a sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas juntamente con Él».48
Bone pastor, panis vere,
Iesu, nostri miserere:
Tu nos pasce, nos tuere,
Tu nos bona fac videre
in terra viventium.
Tu qui cuncta scis et vales,
qui nos pascis hic mortales:
tuos ibi commensales,
coheredes et sodales
fac sanctorum civium.49
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- Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et Spes,n. 38.1. regresar
- Vaticano II, Constitución dogmática Lumen Gentium,n.4.regresar
- Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et Spes,n. 45.1.regresar
- Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et Spes,n. 38.2regresar
- Vaticano II, Decreto Presbiterorum Ordinis,n.5.regresar
- Santo Tomás de Aquino, Himno eucarístico Lauda Sion: Buen pastor, pan verdadero - Jesús, ten piedad de nosotros. - Alimentanos y protegenos - Haznos ver lo bueno - en la tierra de los vivientes. - Tú que sabes todo y lo puedo todo, - Tú, nuestro alimento - Tomanos como Tus comensales - compañeros y asociados - y como ciudadanos con los santos.regresar
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